Quien diga lo contrario miente, Internet es el rey de las utilidades, ahí lo puedes encontrar todo excepto el olor de las tapas de los libros, y más si es una librería de segunda mano, donde puedes hojear libros con manchas de café en sus hojas, anotaciones en los bordes o algún rayajo de Plastidecor de algún niño, pero por desgracia, aquí no tengo ninguna París-Valencia ni la FNAC donde hojear, qué menos!, la sección de cómics bajo el calor achicharrante de sus focos blancos... así a pesar de todos los volúmenes que tengo aquí y los que me quedan por traer, suelo recurrir a Internet para muchos menesteres, nunca suplirá un libro, por supuesto, ni recurro a las manías que tengo cuando leo un libro físico: leer la última palabra en voz alta y anotarla en una libreta junto con otras tantas ya, ni cerrarlo fuertemente al final, ni usar los bonos del metro usados para marcar las páginas... pero es lectura viva que se ofrece igualmente, así que la aprovecho de todos modos...
estos últimos días la diana del buscador ha sido Luis Alberto de Cuenca...
Bébetela
Dile cosas bonitas a tu novia:
«Tienes un cuerpo de reloj de arena
y un alma de película de Hawks.»
Díselo muy bajito, con tus labios
pegados a su oreja, sin que nadie
pueda escuchar lo que le estás diciendo
(a saber, que sus piernas son cohetes
dirigidos al centro de la tierra,
o que sus senos son la madriguera
de un cangrejo de mar, o que su espalda
es plata viva) . Y cuando se lo crea
y comience a licuarse entre tus brazos,
no dudes ni un segundo:
bébetela.
"El bosque y otros poemas" 1997